ASOCIACIÓN TÉCNICA DE EMULSIONES BITUMINOSAS
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Analizando los datos de la producción anual de emulsiones recientemente publicados por ATEB, observo que el año 2022 supone una disminución del 9,5 % respecto al año 2021; dato similar, por cierto, al correspondiente a la producción del betún en el mismo ejercicio. Analizando los datos por tipo de aplicación, me fijo enseguida en los reciclados, posiblemente porque tengo una vinculación especial con esta técnica, tanto por la cantidad importante de obras de rehabilitación de firmes ejecutadas por la Junta de Andalucía desde 1998 como por diversos proyectos de investigación relativos a la misma.
Y estos datos reflejan que, aun habiéndose incrementado ligeramente respecto a los últimos años, están todavía muy por debajo de lo que cabría esperar.
No puede negarse que estos datos, en principio, son bastante descorazonadores, pero, no obstante, creo que hay lugar para el optimismo por varios motivos.
El pasado 3 de abril, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA) publicó la Orden Circular 2/2023 sobre reutilización de capas de firmes y pavimentos bituminosos, que actualiza la OC 40/2017 sobre reciclado de firmes y pavimentos bituminosos.
El objetivo general de esta OC 2/2023 (como indica textualmente) es revisar y actualizar el contenido de la OC 40/2017 a fin de ampliar su campo de aplicación, y hacer imperativa la reutilización de los firmes como solución habitual, para que los proyectos de carretera se encaminen hacia soluciones sostenibles que contribuyan a reducir el impacto ambiental durante las etapas de construcción, uso y final de la vida útil del ciclo de vida de los firmes y pavimentos bituminosos.
¿Supondrá la aparición de esta nueva Orden Circular un incremento significativo del empleo de la técnica del reciclado in situ con emulsión en la rehabilitación estructural de firmes, cumpliéndose así su objetivo fundamental?
Personalmente quiero pensar que sí, y explico por qué es importante y oportuna esta Orden Circular. Algunos apuntes sobre aspectos que considero relevantes y positivos en esta nueva norma son:
• En primer lugar, lo indicado en los “Objetivos de la presente Orden Circular”; algo que la gran mayoría de los técnicos del sector veníamos reclamando desde hace años, en el sentido de hacer imperativa la reutilización de los firmes como solución habitual en los casos en que se aborda su rehabilitación estructural (y en los que sea técnicamente factible, claro está), pasando a ser de una posibilidad más a la actuación estándar, debiendo justificarse de forma expresa el no emplear alguna de las técnicas de reutilización.
• Otro cambio, a mi entender de mayor trascendencia de la que en principio pudiera parecer, es la nueva designación de estas mezclas: se sustituye el término “mezclas recicladas” por el de “mezclas reutilizadas”. Así, el artículo 20 pasa a denominarse “Reutilización in situ con emulsión de capas bituminosas” en lugar de “Reciclado in situ con emulsión de capas bituminosas”. Como se establece en la Ley de residuos (Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular), la primera opción en la jerarquía de gestión de residuos es la prevención, seguida de la reutilización y, en tercer lugar, el reciclado.
En este sentido no puedo estar más de acuerdo con lo expresado por Curro Lucas en cuanto a que, conforme a la Ley de Residuos, lo más adecuado sería hablar de “Prevención in situ con emulsión”.
No obstante, ya es un paso importante la consideración de mezclas reutilizadas frente a mezclas recicladas.
• Se resuelve un problema planteado con la anterior OC 40/2017, relativo a la caracterización mecánica de estas mezclas y sus especificaciones. En dicha OC se especificaban unos valores mínimos de resistencia en el ensayo de tracción indirecta en seco y en húmedo (además de la correspondiente relación de resistencias) sobre probetas compactadas mediante compactador giratorio.
El primer inconveniente que esto ocasionaba es el relativo a la fabricación de las probetas, ya que pocos laboratorios de control disponen de compactador giratorio, lo que planteaba dificultades para el control de calidad de obra. Por otra parte, se daba el caso, con mucha frecuencia, de que con mezclas contrastadas y utilizadas de forma habitual y que cumplían holgadamente las especificaciones de la normativa anterior, basadas en valores de resistencia en seco y en húmedo, determinados mediante ensayo de compresión simple (el tradicional ensayo de inmersión-compresión), con probetas fabricadas mediante compresión estática a 170 kN, no se alcanzaban los valores de resistencia especificados en el ensayo de tracción indirecta, lo que generaba no pocos problemas e incertidumbres.
ATEB ha jugado un papel fundamental, colaborando activamente en la revisión de la OC 40/2017 (art. 20 del PG-4) y en la resolución de esta problemática.
Una aportación de especial relevancia ha sido la elaboración de un nuevo método de control de calidad para el diseño y caracterización de las mezclas recicladas en frío con emulsión, dada la problemática existente con el método contemplado en la anterior OC 40/2017, ya comentada.
En el marco del grupo de trabajo GT-8 del Comité Técnico de ATEB se han realizado trabajos de intercomparación entre distintos laboratorios participantes (entre ellos, el laboratorio de la CFIOT de la Junta de Andalucía) basados en la sensibilidad al agua, fabricando las probetas por compresión estática, con distintas condiciones de ensayo (carga de compactación, temperatura de curado, condiciones de envejecimiento, etc.) hasta conseguir las que mejor representaran las condiciones de las mezclas recicladas-reutilizadas.
El resultado se ha plasmado en la elaboración de la norma UNE 41215 “Determinación de la sensibilidad al agua de mezclas bituminosas recicladas en frío con emulsión bituminosa”, publicada en diciembre de 2022. No quiero dejar pasar la ocasión sin felicitar al grupo de trabajo GT-8 y en particular a su coordinadora, Nuria Querol, por su trabajo en la redacción de la norma.
Es por todo esto que soy optimista y creo que en los próximos años veremos un resurgir de la técnica de reutilización in situ con emulsión de nuestros firmes, no como una opción más a considerar, sino como la opción a realizar, no solo en cumplimiento de la economía circular, sino por su clara contribución en la promoción de la sostenibilidad en sus tres pilares fundamentales: económico, social y ambiental.
Así pues, creo que se vislumbran buenos tiempos para esta técnica de reutilización de capas de firmes y pavimentos bituminosos, tan vieja y tan actual al mismo tiempo.
Tan vieja, porque se comenzó a implantar en España hace ya un buen número de años, y hemos podido constatar que, con el estado de la técnica en aquel entonces, contamos con numerosísimas actuaciones de rehabilitación estructural de firmes que han constituido y constituyen un éxito rotundo. Tan actual porque la continua investigación en este campo ha generado un conocimiento en cuanto a su diseño, comportamiento, desarrollo de nuevas emulsiones, de la maquinaria de aplicación, condiciones de ejecución y control que asegura aún más el éxito de su utilización.
Cuando la gente de a pie tiene asumido que en casa hay que reciclar, que queremos alargar la vida útil de lo que compramos, y que hasta la ropa que llevamos no solo se recicla para reutilizarla, sino que se incrementa su mercado de segunda mano, en la carretera no podemos quedarnos atrás.
Claro que hay distintas técnicas de aplicación con emulsión, incluso en campos o ámbitos no contemplados tradicionalmente; pero el de la reutilización in situ con emulsión es tan obvio que no puedo más que ser optimista. En este sentido, pienso que la nueva Orden Circular 2/2023 contribuirá a su uso a gran escala.
La mayor parte de mi vida profesional la he desarrollado en el campo del control de calidad. Mi primera experiencia laboral fue en una empresa de Control de Calidad de ámbito nacional, en Sevilla, y recuerdo que me asignaron la sección de Análisis Químico. Al pasar un día por la sección de carreteras, ví una muestra de mezcla bituminosa (que por cierto, tuve que preguntar qué era).
Me explicaron que se iba a crear en Sevilla la sección de asfaltos, que ya no se mandarían las muestras a la central de Madrid; me dieron unos cuantos libros para empaparme (el famoso “Manual de control de fabricación y puesta en obra de mezclas bituminosas” del entonces MOPU, y ¡hasta el Manual del Asfalto! de The Asphalt Institute), y unas cuantas charlas a cargo de los técnicos que habían intervenido en el control de calidad durante la construcción de las autopistas Sevilla-Cádiz y del Mediterráneo; y me adjudicaron la sección.
Y así empezó lo que yo he considerado siempre mi “amor a primera vista” con el mundo del asfalto, que además se ha ido acrecentando con el tiempo.
Curiosamente, y estoy hablando de 30 años atrás, las primeras técnicas bituminosas que conocí fueron de frío; concretamente las lechadas; que se aplicaron en una autopista y con bastante buen resultado.
A mediados de los 90, tuve el primer contacto con el reciclado in situ con emulsión, que se utilizó en distintas avenidas de Sevilla. Prácticamente todos los que intervinimos estábamos aprendiendo y nos parecía un mundo. Entre la buena voluntad de todos y también, que se ejecutó en un mes de agosto en Sevilla, el resultado fue espectacular. Más tarde llegaron las grandes obras de reciclado de la autovía A-92, que fue un campo de aprendizaje y experimentación magnífico.
Sin embargo, estas técnicas en frío fueron relegándose, quizá porque con la bonanza económica, no se consideraba tanto el aspecto económico, y tampoco existía esa conciencia ambiental que hay ahora.
Por citar otra de las técnicas con emulsión, he tenido la suerte de intervenir en el proyecto de investigación de mezclas templadas que ha supuesto la mayor actuación hasta la fecha en España (que me corrija alguien si ya no es así; lo que no dejaría de ser una buena noticia) con esta tecnología: una carretera de 13,95 km, en la que las tres capas de firme (base, intermedia y rodadura, se han ejecutado con mezclas templadas con emulsión).
Es llamativo, que precisamente en momentos como los actuales, en los que se repite hasta la saciedad la necesidad de tener en cuenta los condicionantes ambientales; reducción del consumo energético, la reducción de emisiones, la seguridad y salud laboral,..., en relación a los cuales las técnicas con emulsión, están en posición más que ventajosa, no se utilicen con la frecuencia que sería de esperar.
Se puede argumentar que los técnicos que conocían y aplicaban estas técnicas ya están jubilados, pero ante eso, nunca como ahora, desde las empresas y desde las asociaciones (ATEB, ATC,...) fundamentalmente, se he hecho y se hace de forma continua un esfuerzo importante impartiéndose cursos de formación, se redactan documentos como Pliegos, Recomendaciones Técnicas, Monografías, etc, de los que antes no se disponía y que facilitan enormemente la labor de todos los intervinientes en la obra.
-La maquinaria y equipos de puesta en obra se van desarrollando y perfeccionando cada vez más.
-Los métodos de diseño de las fórmulas, así como los de caracterización y control han alcanzado un nivel de desarrollo altísimo.
-Los esfuerzos en investigación e innovación para estas técnicas han sido considerables, y no solo para las técnicas que emplean la emulsión; sino en el de las propias emulsiones, el desarrollo ha sido espectacular.
-La disposición de los fabricantes en el asesoramiento técnico a la hora de elegir la emulsión adecuada a los áridos disponibles, tipología y tráfico de la carretera, capa y climatología de la zona?
Si comparamos estas condiciones de ahora con las existentes anteriormente, las diferencias son evidentes; resulta que hoy contamos con más garantías que nunca para que el empleo de estas técnicas sea un éxito seguro.
-Entonces, ¿qué está pasando?, ¿Por qué no se utilizan con profusión estas técnicas en obras en las que resultan técnica y económicamente idóneas?. ¿Es achacable solo a la crisis económica?. Bien es verdad, que obras nuevas hay pocas, y gran parte de la inversión disponible va destinada a la conservación, pero hay técnicas estrella en rehabilitación como las que ya he mencionado del reciclado in situ, las lechadas,...que tendrían que ser de empleo prácticamente generalizado y no esporádico.
La verdad es que me lo me pregunto y no tengo la respuesta.
Por lanzar un apunte, creo que es fundamental empezar por el proyecto; es muy complicado que si no están contempladas en el proyecto puedan llevarse luego a cabo, por lo que más que impulsar o valorar en las ofertas de obra; debería impulsarse a que se valoraran ya en la fase de proyecto.